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La inserción ocupacional de jóvenes rurales MARIELA BLANCO, D ORA J IMÉNEZ Introducción Es característica del medio rural una temprana Inserción laboral de los jóvenes, ya sea colaborando con las tareas que se realizan en la explotación familiar o trabajando bajo las órdenes de su padre que, a su vez, es un trabajador asalariado. En ambos casos el aprendizaje y la socialización para el trabajo se dan por medio de la familia y, dentro de este marco es común que por esa actividad laboral no se reciba una retribución monetaria. La incorporación a mercados de trabajo locales constituye un fenómeno frecuente principalmente para jóvenes de familias rurales con bajos ingresos. En la bibliografía consultada hemos encontrado escasa información sobre la dinámica ocupacional de este grupo de edad en zonas productivas con una alta inserción en los mercados rurales modernos. Los grandes temas analizados se ocupan principalmente de los problemas laborales y de desocupación de los jóvenes del ámbito urbano una vez que egresan de la escuela secundaria. Con respecto al ámbito rural, los trabajos se focalizan en el análisis de los planes de desarrollo rural y sus efectos sobre la población joven. Se analiza en sus grandes rasgos la crisis económica y social por la que atraviesa el país, semejante a la de otros países latinoamericanos, y en qué medida afecta esa crisis en forma diferenciada a los jóvenes, sin especificar demasiado la edad de los que entran en esta categoría. Los aspectos principales de este análisis hacen hincapié en: • La juventud sufre tradicionalmente un índice de desocupación mayor que la población adulta aunque actualmente esa diferencia se haya acortado debido a la crisis de empleo que afecta a los jefes de familia. Este factor determina que los jóvenes deban insertarse tempranamente en el mercado de trabajo y que su salario pase a cumplir un papel importante en el ingreso familiar. (LOZANO C.:2000) • Las tasas de desempleo más altas aparecen en el ámbito urbano y el sector más afectado es el que abarca a las mujeres jóvenes (SANCHEZ, R: 1996). Hay que tener en cuenta que la medición del desempleo está pensada para el ámbito urbano y las particularidades del empleo en el área rural dificultan la reproducción de este indicador. La crítica a los planes de desarrollo rural que se implementan en América Latina resalta la poca importancia que se concede al sector juvenil (invisibilidad). Por otra parte, cuando los planes están focalizados en ese sector, no se los ubica dentro de su contexto familiar y comunitario. Son interesantes los trabajos que proponen el enfoque etário en el cual se observan los cambios en las relaciones sociales de una persona, vinculados a la evolución de su edad (DURSTON, J.:1998). El grupo de jóvenes, en general, vive en hogares que se encuentran en una etapa de acumulación, en donde su trabajo es importante para consolidar el patrimonio familiar (trabajo dentro del predio) o para aumentar los ingresos mensuales familiares (trabajo extrapredial). Los estrechos lazos familiares que se establecen en esta etapa, opuestos a su creciente deseo de independencia, determinan que la juventud sea una etapa caracterizada por una fuerte tensión intergeneracional. En el caso de los jóvenes que permanecen trabajando con la familia, la mayor longevidad de los mayores retrasa su oportunidad de tomar decisiones y de disponer del patrimonio familiar. Unido a las dificultades que se les presentan en su propio medio, se puede destacar el factor de atracción que ejerce el medio urbano al brindar mejores posibilidades de lograr educación y trabajo. Frente a este panorama algunos estudios presentan a la migración rural-urbana como una solución para la falta de posibilidades de elevar el nivel de vida y de lograr progreso personal en el medio rural (DIRVEN, M.:1995). A partir de un relevamiento que se realizara a 870 jóvenes entre 12 y 22 años, que se encuentran cursando la escuela media en distintas zonas agropecuarias de la provincia de Buenos Aires1, intentamos dar cuenta de la importancia que tiene la inserción de jóvenes en el mercado laboral del área rural, así como el peso relativo de su trabajo en el grupo familiar, en función de las características socioeconómicas de sus hogares de pertenencia. De acuerdo con la información recogida se pueden destacar los siguientes elementos: a) Diferenciación de los jóvenes según tengan o no un trabajo remunerado • Si bien el porcentaje de los que trabajan actualmente es menor de 40%, encontramos que casi el 60% ha trabajado alguna vez. De estos la mayoría comenzó a trabajar antes de los 14 años . • La proporción de mujeres que trabajan es pequeña, sólo el 15% lo ha hecho en el último mes. Sin embargo, se puede destacar que la inserción de este grupo es más importante en el sector no agropecuario que en el agropecuario. Por más que constituyen un grupo menor en este último mercado, algo más de la mitad cuenta con un empleo permanente. • Los jóvenes con residencia rural representan dos tercios del total de encuestados y dentro de este grupo el 87% se emplea en el sector agropecuario. Los jóvenes con residencia en centros poblados trabajan en mayor proporción que los que viven en áreas rurales. No se nota una correlación entre el lugar de residencia y el tipo de trabajo. Pese a no vivir en el área rural, algo más del 50% tiene inserción en el sector agropecuario y más de la mitad de ellos son hijos de empleados rurales. • Si se observa la categoría ocupacional de los padres, vemos que dentro del grupo de los que trabajan los hijos de productores constituyen un 25%. A su vez, dentro del grupo de hijos de productores, los que no trabajan representan el 68% mientras que 3 entre los hijos de empleados rurales trabaja el 40%. Con respecto a la menor participación en el mercado laboral de los hijos de productores podemos aclarar que como sólo se considera el trabajo remunerado no se refleja el trabajo familiar sin remuneración. b) Trabajo no remunerado • Un punto a señalar y que refleja fuertemente las características del trabajo rural es la alta proporción de tareas productivas de ayuda familiar en todo el grupo de jóvenes. En este nivel las diferencias por sexo son más tenues y la residencia rural más importante. Dentro de la ayuda familiar se destacan las siguientes actividades: tareas generales de la explotación familiar (26%), ganadería bovina (22%) y actividades de granja y quinta para consumo familiar (20%). Las principales tareas que se realizan son: manejo general del ganado bovino, cría de animales de granja, manejo de cultivos de huerta, lombricultura, obtención y mantenimiento de la leche y operación de maquinarias. En el sector no agropecuario la ayuda familiar asume un 11%. Las tareas que se realizan se concentran en la actividad comercial. c) Caracterización de los jóvenes que trabajan • De acuerdo con el sector de trabajo de los jóvenes se señaló que la mayoría trabaja en el sector agropecuario. De los que trabajan en este sector un 25% vive en un centro poblado o ciudad. Según el tipo de trabajo (permanente o changas), el 55% tiene un empleo temporario. • Los jóvenes que trabajan en el sector no agropecuario, un 31% de los cuales vive en el campo, en su mayoría realizan changas. • De acuerdo con estos porcentajes se puede señalar que lo rural y lo urbano no son mundos separados sino que existe una franja común donde los elementos de ambos se entremezclan. • En el caso del sector no agropecuario el porcentaje de los hijos de patrones que trabajan es algo más alto que el de los hijos de empleados. • Es interesante comparar la antigüedad en el empleo según el sector de inserción de los jóvenes. En el sector no agropecuario la mayoría (77%) de los que trabajan en forma permanente tiene una antigüedad en el empleo de un año o menos. En cambio en el sector rural sólo algo más de la mitad tiene esa antigüedad mínima y hay un 19% que se encuentra trabajando desde hace tres años. • De acuerdo con la cantidad de tareas se puede distinguir que aquellos jóvenes que se encuentran trabajando en el sector agropecuario y realizan changas, en su mayoría (63%) sólo hacen una tarea mientras que los que trabajan en forma permanente realizan como promedio entre una (58%) y dos (30%) tareas. Entre los que se encuentran trabajando en el sector no agropecuario la diferencia de cantidad de tareas según el tipo de empleo es más difusa. En general los porcentajes se concentran en una sola tarea (76% para los empleados permanentes y 83% para los que realizan changas). d) Ingresos • Se puede señalar que aquéllos que se encuentran trabajando en el sector agropecuario perciben mayor remuneración que los que lo hacen en el sector no agropecuario. Esta diferencia es más notable cuando se compara el tipo de trabajo. De acuerdo con el sector de ocupación de los jóvenes, se observa que aquellos que se encuentran trabajando en producciones agropecuarias tienen ingresos mayores que los que lo hacen en el sector no agropecuario. El promedio de ingresos para los primeros es de $119 y para los segundos de $84. • Si se observan las remuneraciones al interior de cada sector y por tipo de trabajo, se distingue que en el sector agropecuario, la remuneración media de los jóvenes con trabajo permanente es un tercio mayor que la de aquellos que trabajan en changas. En el sector no agropecuario esta diferencia es más marcada, ya que los que tienen un trabajo permanente duplican el ingreso de los empleados temporarios. • Con relación a la actividad en la que trabajan se observa que los ingresos más altos se encuentran en la agricultura y en operación y mantenimiento de maquinarias ($160 en promedio). • Si consideramos la categoría ocupacional de los padres, en el sector agropecuario los hijos de empleados asalariados ganan un poco más que los hijos de productores. En el sector no agropecuario ocurre lo contrario, es decir, que los hijos de patrones perciben más ingreso que los hijos de empleados. • En relación con los ingresos familiares, a medida que aumentan también lo hace el ingreso de los jóvenes, así como la proporción de los hijos que trabajan. Esto último explicaría los ingresos familiares más altos. Sin embargo, si se observa el peso del salario de los jóvenes en el ingreso familiar, aquellos que pertenecen a familias de más bajos ingresos, aunque tienen menor retribución, contribuyen con su remuneración en proporciones más importantes que los jóvenes que pertenecen a familias de ingresos superiores. Es importante destacar que el porcentaje del aporte de los jóvenes al ingreso familiar del sector rural es más alto que el del sector no rural. Al contrario de lo señalado en los estudios sobre jóvenes rurales, en los que se pone el énfasis en el éxodo hacia los centros urbanos por falta de posibilidades laborales, encontramos un grupo de jóvenes insertos en los mercados de trabajo locales. A diferencia de los jóvenes del medio urbano, las tareas que realizan y los sectores en los que se insertan reflejan la actividad productiva agropecuaria de la zona y el rol que desempeñan es equivalente al de los adultos, aunque probablemente las remuneraciones no alcancen los mismos niveles.
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